1. El Elefante. Se trata de que la mujer se acueste de espaldas y con las piernas abiertas elevando un poco el área pélvica mientras el hombre penetra por detrás, estimulando el punto G y rozando el clítoris con los movimientos de su pene, sin duda un orgasmo garantizado para ambos.
2. El molde. Ambos se recuestan de lado. Los glúteos de la mujer se apoyan contra el vientre del hombre mientras éste la penetra suavemente con las manos libres para darse a las caricias. Esta postura, suave y dulce, es muy apropiada para las mujeres embarazadas de cinco meses o menos.
3. La Amazona. El nombre de la postura indica por si solo lo que vendrá, él se relaja mientras ella se sienta sobre su pene marcando el ritmo, el placer está asegurado al llegar al punto G, pero no cualquiera puede hacerlo.
4. El Pulpo. El hombre se sienta en el suelo, con las manos detrás y las piernas abiertas. La mujer se coloca sobre él, subiendo las piernas hacia sus hombros y con las manos apoyadas atrás. Hay que mantener los cuerpos muy juntos para evitar que él pierda el equilibrio. Dado que es una postura en la que el cuerpo de la mujer se encuentra en una posición elevada, se favorece un movimiento arriba-abajo muy placentero.
5. La libélula. Ambos se recuestan de lado, mirándose. El hombre mantiene las piernas en ángulo recto mientras la mujer introduce una de sus piernas entre las de él. Con la otra, se aferra fuerte a la cintura del amante. Los cuerpos se enlazan, no con el objetivo de alcanzar el orgasmo sino para favorecer los abrazos y las caricias. Ésta es la postura para los grandes románticos.
