Un lugar donde guardar y hablar de las cosas que me gustan. Un lugar en el que cualquier romantico es bien recibido
domingo, 10 de noviembre de 2013
Divina agonia
Si te prometo que te estoy viendo desde el otro lado
Y no sólo te cuido con los ojos,
Sino te entrego el tiempo que se me ha dado.
¿Cruzarías al darte cuenta que es fuego lo que estarías pisando?
Te diré más de mí.
Te he visto, desde mi espacio.
He buscado otras formas de cruzar, de llegar hasta ti.
Es un río que no termina, más largo que el pensamiento
Un río tan imposible como paralelo.
¿Cruzarías si te digo que probablemente mueras en el intento?
Debo decirte aún más de mí.
Tengo miedo.
Un miedo que puede y se convierta en llanto.
Y es que de ti dependen tantas cosas,
He puesto a girar alrededor tuyo tantos cuerpos que, por igual de ti viven.
¿No es eso un tanto romántico?
Y sin embargo nunca evito el pensamiento que cuestiona:
¿Me habrá visto?
Si tú me has visto a la par mía. Hazme un guiño.
Pues todas tus formas las he grabado en mi mente y,
Haz de saber que con un guiño basta.
Si lo haces, hoy mismo cruzo,
Pero que sea común la noción siguiente:
Si en mi travesía muero,
que por igual se haga la noción pública y se me responda,
¿Cruzaría mi amada un río de fuego?
¿Su fantasía era como la mía?
Díganselo al aire que él me lo dirá con tacto
pues él es sabio por longevo.
No diré ya más de mí.