lunes, 3 de marzo de 2014

Te amaré


Mi siempre, mi Todo.

Te amaré.

Cuando la luz se tiña de sombra,
te amaré,
cuando la sombra se vierta en luz,
te amaré.

Cuando el silencio se te desnude,
se concluyan los latidos,
se capturen los dolores,
o se imploren las virtudes,
te amaré.

Cuando el error se desplome,
la maleza se interponga,
y se callen los rencores,
te amaré.

Cuando ya no seas tú
en la hora y en la hora
de los relojes profundos,
en el siempre de los “siempres”
de los eternos instantes,
o cuando sigas siendo tú
en la pobreza,
en la riqueza,
en la enfermedad
y en la salud,
te amaré.

Con la duda o con la certeza,
con el odio y con el amor,
sin la fuerza, sin la paciencia,
te amaré.

En la distancia, en la unión,
en las lágrimas, en el adiós,
y en el último segundo,
nos separe La Muerte,
o nos separe el Dolor,
te amaré.
Más que el tiempo,
más que el momento.
Te amaré.