Mujer, ¿acaso no es este tu cuerpo?
¿No es este el instrumento que bien
afinado y tocado por las manos expertas
del luthier es capaz de tañer las mas
bellas canciones?
¿No eres tu la guitarra que segun se
acaricie grita, llora, canta, invoca,
excita o provoca?
¿Acaso no eres la flauta a la que dedos
expertos extraen los sonidos mas
dulces y delicados tapando con talento
los agujeros adecuados y en el momento
preciso, ni antes ni luego?
Mujer, ¿no eres tu como el piano, complejo,
en el que con tantas teclas, es facil
confundirse. En el que es preciso llevar
una perfecta armonia, entre los pies, las
manos y la pretendida melodia para que
no resulte la sesion un gran fracaso?
Tu cuerpo mujer, en fin, misterioso y
complejo, va aprendiendo a sonar segun
se va tañendo y termina siendo melodia
en las manos del maestro que conoce la
armonia, el ritmo y el momento.
