En el instante mismo de sentir tus manos
aquel en que rompes la calidez de mi cuerpo
humedecida la piel en el desierto mismo
ha caído la noche sobre nuestros dedos
ha nacido el día a través de los labios
de ti, mujer, satisfecho me encuentro
Mas aún, no has adormecido el deseo
este que llevo impregnado en la piel
cada vez que estás cerca o lejos
en los momentos que nace un pensamiento
en el instante que vivo un recuerdo
empalidece mi piel un segundo
luego quema el magma del deseo
te imagino a mi lado y te siento
como si fueran tus manos
agua en el desierto
Aquella que surca recovecos
y tras su paso
manantiales de pasión nacen por tus dedos…
Detente, guarda paciencia…
que hoy no saciarás tus anhelos…
seré yo quien encienda tu pasión
y tras las caricias que ansían
descubrir mi complemento,
recostaré mi ser sobre el tuyo
que despierto ha de encontrarse…
quitaré tu libertad en mis extremidades
calmaré la sed y el hambre de mi cuerpo…